¡Ya basta de mentiras! La izquierda populista del Partido Verde vuelve a actuar en contra del bienestar de Santander. Esta vez, se oponen a una propuesta clave de seguridad que ayudaría a combatir la ola de violencia que azota al departamento. Mientras los ciudadanos claman por protección, ellos bloquean los esfuerzos con discursos vacíos y mentiras descaradas.
¿En qué país viven? Mientras los barrios sufren atracos, homicidios y miedo, los «verdes» niegan la necesidad de invertir en cámaras de seguridad, vehículos para la policía, drones de vigilancia, y una sala de crisis. Y lo peor: ¡se atreven a decir que no necesitamos seguridad! ¿Qué más tiene que pasar para que reaccionen?

Cuando la Asamblea, liderada por el gobernador Juvenal Díaz Mateus, escucha al pueblo y decide excluir al Estrato 3 del cobro de la tasa de seguridad, ahí sí salen los del Partido Verde a criticar. ¿En serio? Primero dicen no a todo, y cuando se busca alivianar la carga a los que menos tienen, también se quejan. Incoherencia pura e hipocresía sin límites.
¿Dónde están sus propuestas? ¿Qué han hecho realmente por Santander en materia de seguridad? ¡Nada! Solo entorpecen, desinforman y politizan un tema que debería ser prioridad para todos. Parecen más interesados en dañar la gestión del gobernador que en proteger al pueblo que los eligió.
Mientras tanto, la gente muere. Literalmente. Porque mientras ellos juegan a la oposición irresponsable, los delincuentes hacen de las suyas. Y lo saben. Lo ven. Pero no les importa. Su agenda política vale más que la vida de los santandereanos, siempre prima la hipocresía sin límites.
Santander necesita respuestas, no más excusas. La seguridad no puede ser una bandera de campaña, tiene que ser una acción concreta. Pero con el Partido Verde, solo hay bloqueos, caos y abandono.
El pueblo está cansado de politiqueros como Danovis Lozano, Fabian Díaz, profe Ferley y Carlos Parra, que solo aparecen para gritar “no”, pero jamás levantan un dedo por construir. La seguridad no es un juego, y Santander no se merece este tipo de traición. ¡Despierta, Santander! no más hipocresía sin límites.