El escándalo político en Santander da un giro inesperado al involucrar a Mauricio Millán en una confabulación con Carlos Barajas y Carlos Mario Santander Rojas. El caso, relacionado con la denuncia de doble militancia contra Jaime Andrés Beltrán, deja al descubierto una red de intereses ocultos que sacuden al departamento.
Mauricio Millán se sorprendió a todos con un tuit donde asegura haber hablado directamente con María Elena Cano, quien figura como la denunciante en el caso. Sin embargo, sus declaraciones han despertado más preguntas que respuestas. María Elena supuestamente afirmó que solo actuaba como «coayudante», lo que contradice las 28 páginas de documentos presentados bajo su nombre.
La gran incógnita radica en quién redactó esos documentos. Todo apunta a Carlos Mario Santander Rojas, director de la Unidad de Víctimas de la Secretaría del Interior de Santander. Este funcionario, en lugar de enfocarse en la atención a las víctimas, parece haber utilizado su puesto para participar en esta polémica denuncia.
La conexión entre Santander Rojas y Carlos Barajas no pasa desapercibida. Barajas, conocido por sus escándalos políticos, vuelve a estar en el ojo del huracán. Según varias fuentes, ambos mantienen una relación cercana, lo que alimenta las sospechas de una red de encubrimientos destinada a perjudicar a Jaime Andrés Beltrán.
Mauricio Millán confabulación Barajas
Mauricio Millán no ha aclarado cómo obtuvo la información que presentó en su tuit. Su vínculo con los involucrados lo coloca bajo escrutinio público, especialmente cuando los detalles del caso empiezan a desenredarse. Las redes sociales estalan con preguntas: ¿Está Mauricio Millán encubriendo a Carlos Barajas? ¿Por qué defiende una denuncia plagada de irregularidades?
La figura de María Elena Cano también queda en entredicho. Según lo revelado, su papel en el caso parece haber sido instrumentalizado para avanzar en una agenda política. Esto no solo pone en duda la validez de la denuncia, sino que también exponen cómo se utilizan personas como «máscaras» en los juegos de poder.
El caso de doble militancia contra Jaime Andrés Beltrán se convierte en una bomba de tiempo. La ciudadanía exige explicaciones inmediatas y sanciones contundentes para quienes resulten responsables de este entramado. La falta de transparencia y el abuso de poder son inaceptables en una democracia.
Además, este escándalo ha reavivado el debate sobre la ética de los funcionarios públicos en Santander. “Cada nuevo detalle muestra cómo las redes de corrupción siguen operando con total impunidad”, opinó un analista político local. La confianza en las instituciones sigue erosionándose con cada nueva revelación.
El descubrimiento de este caso marcará un precedente importante en la política local. ¿Se castigará a los responsables o quedará todo en el olvido? Mientras tanto, los ciudadanos permanecen atentos, esperando que la justicia actúe de manera contundente frente a este escándalo que exponen lo peor de la política santandereana.